El evangelio hoy/Mateo Cavillo Paz
LA LUZ DE CRISTO
EN LAS TINIEBLAS DE MÉXICO
El pueblo de Dios en México está pasando por tinieblas de falsedad y bajas pasiones, la luz viene sólo de Cristo en su epifanía.
En tu vida. los hermanos de la parroquia viven la experiencia de la crisis de dinero y de todo que les pega y se agrava.
La atención en los hospitales es un desastre, en la colonia asesinan y asaltan no hay autoridad que los proteja.
Dios habla. Los pueblos pasan constantemente por pasajes obscuros, dolorosos, sin esperanza humana. Actualmente la crisis mundial, en lo espiritual y en las riquezas materiales, es grave y no se ve salida.
A mí, como a Pablo, el padre Dios me encomienda revelarles sus planes secretos, la inmensa riqueza y la vida inmortal que tiene reservada para ustedes. “Medio a conocer este designio secreto que no se había manifestado a los hombres en otros tiempos… Que todos los pueblos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo”.
El vino a liberarnos de los corruptos y asesinos, orgullosos y mentirosos y darnos una vida digna mientras pasamos al inmenso esplendor de su gloria.
La fe nos da acceso, más allá de las sombras y mentiras y de las realidades transitorias a la única realidad que es Dios, a su mundo de esperanza, de solidez y claridad.
El pueblo de Israel pasa por esa historia de opresión y de toda clase de miserias porque abandonaron a Dios. Es enorme el mensaje que les proclama el profeta:
“Mira, las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos pero en ti resplandece el señor y en él se manifiesta tu gloria… Verás estoy de radiante de alegría”.
La profecía se cumple definitivamente en Cristo, en su gran manifestación en la condición humana, se viene a vivir con nosotros, a asumir nuestra descomposición social, moral y religiosa.
Aparece en Belén, en medio del pueblo de Israel, el pueblo escogido pero se manifiesta también a todas las naciones representadas en los Magos, sabios que llegaron a adorarlo.
En su virtud, captaron la señal de Dios, una estrella y la siguieron. Después de un viaje de esfuerzo y sacrificios, después de muchos problemas, la señal la estrella “se detuvo encima de donde estaba el niño… Se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre y postrándose lo adoraron. Después abriendo sus cofres le ofrecieron regalos: oro incienso y mirra”.
En adelante, Dios mismo está presente en la vida de los hombres, en todos los avatares de la existencia. El Mesías, el hijo de Dios hecho hombre estará siempre con nosotros. Después de su gran obra de salvación muere y resucita. Glorioso, resucitado, declara: “yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos”.
Nuestra vida en el mundo material es transitoria y necesitada de todo. Es el régimen de la fe, la visión es limitada y borrosa. Vamos a la Realidad, al mundo de lo alto, sólo ahí veremos con claridad, entenderemos todo, veremos la gloria de Dios y seremos total y eternamente felices.
Necesitamos tener una mirada a la realidad, más allá del mundo transitorio para triunfar en esta vida y alcanzar la gloria.
Vive intensamente. En este momento en que los poderosos engañan y sólo buscan su poder y dinero, vuélvete a Cristo.
Cristo está aquí. El trae una luz en la corrupción y dolor. Viene en la comunión de su cuerpo y su sangre.