Se niegan artesanos a romper con la tradición de las piñatas navideñas
MORELIA, Mich., 18 de diciembre de 2019.- Son elaboradas por manos artesanas que se resisten a romper con esta colorida tradición que cobra fuerza durante el último mes del año para darle vida a las posadas.
Las piñatas se han convertido en un elemento que no puede faltar en estas singulares fiestas populares que conducen a la Navidad durante nueve días previos.
En el Centro Histórico de Morelia, en el local 193 de Tu Plaza Allende se encuentra Piñatas Mis Peques, atendido por Mayra Ramírez y Gerardo González quienes se dedican desde hace seis años a crear estas obras de arte.
Su taller es de primera generación y nació ante la necesidad de llevar el sustento a su casa, sin embargo, ya inculcan este creativo oficio a sus pequeños hijos quienes colaboran con pequeños pero significativos detalles para hacer única cada una de las piezas.
“Uno de tiene que buscar para sostener a la familia. Fue la necesidad de llevar la comida a nuestras casas”, dijo Gerardo.
Utilizan ingredientes tradicionales, como el papel de china, periódico, y engrudo que se prepara con agua y harina y que sirve como pegamento. Solo han sustituido la olla de barro por un recipiente de papel que toma forma utilizando un globo al que cubren de múltiples capas hasta que es lo suficientemente resistente.
Orígenes
Las posadas mexicanas inician este lunes 16 de diciembre y terminarán el próximo 24 de diciembre. Su protagonista es la piñata y romperla con un palo y con los ojos vendados significa terminar con los siete pecados capitales.
Se rellenan con fruta de temporada como mandarina, tejolote, jícama, caña, lima, naranja, cacahuates y dulces que representan las riquezas del reino de los cielos y quienes los reciben son recompensados por haber vencido los pecados.
De acuerdo con el Gobierno federal, esta tradición llegó a México en el año 1586 cuando los frailes agustinos de Acolman de Nezahualcóyotl, en el estado actual de México, cerca de la zona arqueológica de Teotihuacán, recibieron la autorización del Papa Sixto V para celebrar las misas de aguinaldo, que más tarde se convertirían en las posadas.
Fue precisamente en esas misas que tuvieron lugar en los días previos a la Navidad que los frailes introdujeron la piñata.
Elaboración
Pero, para estar listos para estas celebraciones, Mayra y Gerardo se preparan desde el mes de octubre. En un día pueden terminar entre tres o cuatro piñatas medianas, de cinco o siete picos, según cómo las prefiera el cliente.
“Para nosotros es muy bueno porque seguimos promoviendo lo que es Michoacán. Nosotros sí nos consideramos artesanos porque para hacer todas esas figuras no cualquiera se la rifa”, destacó Mayra.
Pero las horas de trabajo no se ven reflejadas en sus costos. La más chiquita, que se utiliza para colgarla en los automóviles cuesta 15 pesos, una de tamaño mediano se encuentra entre 70 y 90 pesos, pero también pueden llegar hasta los mil pesos en un tamaño XXL.
Una vez que terminan las posadas, Mayra y Gerardo se dedican a elaborar piñatas sobre pedido, con diferentes formas y tamaños, según como lo desee el cliente.