A 19 años de la gloria purépecha...
MORELIA Mich., 16 de diciembre de 2019.- Las esperanzas estaban puestas en Heriberto Ramón Morales, el pueblo michoacano estaba al pendiente del equipo de casa, el moreliano dispara y desde los 11 pasos sacude las redes, para que este lunes se conmemoren 19 años de que Monarcas Morelia, apagara la caldera del Diablo en su propio infierno y se coronara campeón del fútbol mexicano, por primera y única ocasión en su historia.
Conocida es la anécdota. La afición Rojiamarilla tuvo un Ángel con apellido Comizzo, quien contuvo disparos desde los 11 pasos a figuras de los Escarlatas como a Antonio Naelson Sinha y al Diablo Mayor: José Saturnino Cardozo. Posteriormente, en muerte súbita, adivinó a Adrián García Arias para que Heriberto Ramón se convirtiera en el autor de la fiesta purépecha en la capital mexiquense y la cual se prolongó por varios días en la ciudad de la Cantera Rosa.
El camino del Monarca en el Invierno 2000, lo forjó con 27 puntos durante la fase regular del torneo. En esos tiempos, el sistema de competencia de la Primera División se disputaba en cuatro grupos (A, B C y D); Morelia fue el mejor tercer lugar del A y le tocó pelear en la repesca el pase a los cuartos de final contra el Irapuato, a quien le pasó por encima con marcador global de 7-3. Después, su rival fue Pachuca y lo despachó 2-1 y en la semifinal echó al Santos Laguna con un 3-2 a su favor.
En el otro lado de la llave, Toluca se metió a la fiesta grande con el subliderato y dejó en el camino a las Águilas del América en cuartos y a los Rojinegros del Atlas en la antesala por el título. Los Diablos llegaban a la final en búsqueda del bicampeonato, primero en el Morelos y la vuelta en el Nemesio Diez.
Los dirigidos por Luis Fernando Tena se impusieron en la ida, con goles de Mario Ruiz, Alex Fernández y Omar Trujillo; por los Choriceros descontó Saturnino Cardozo. A pesar de que la gloria se les escapaba de las manos, los del Estado de México, igualaron
el marcador global en la vuelta, al ganar 2-0 en tiempo reglamentario con goles de Erick Espinoza y Cardozo; el partido se fue a tiempos extras y como punto final, a los penales a muerte súbita.
Por los Diablos, marcaron: Víctor Ruiz, Antonio Taboada y Omar Blanco; increíblemente, Sinha y José Cardozo fueron los villanos al fallar su disparo. Por Morelia anotaron: Carlos Morales, Sergio Almirón y Hugo Chávez; erraron Javier Pastor Lozano y Alex Fernandes.
Ante los recuerdos fríos que acechaban al arquero de la Monarquía, David Comizzo, se vistió de héroe: el primer tiro de la muerte súbita, Manuel Martínez adelantaba a los locales, pero Miguel Hernández igualaba para los visitantes. Llegó el momento, Adrián García Arias, cobra y el guardameta argentino se lanza a su derecha para tapar el disparo. La Bombonera enmudeció y se presagiaba lo peor.
Finalmente, Felipe Ramos Rizo, hizo entrega de la pelota al camiseta número 5 (Heriberto Ramón Morales), saca un disparo pegado al poste derecho, inalcanzable para Hernán Cristante.
Aquella tarde noche, el infierno quedó en silencio, frío y a oscuras, mientras que Morelia bordaba en su escudo su primera y única estrella hasta el momento.