Visiones y percepciones/Etelberto Cruz Loeza
VISIONES Y PERCEPCIONES
Etelberto Cruz Loeza.
BOLIVIA
DIMITE EVO MORALES, PRESIONADO POR LAS FUERZAS ARMADAS BOLIVIANAS.
De una forma APARENTEMENTE sorpresiva, inesperada, Evo Morales, ahora expresidente de Bolivia, renunció a la presidencia de la República andina de Bolivia, por recomendación de las fuerzas armadas, más la policía, después de casi 14 años, Evo Morales, el primer indígena – Aimará – en gobernar Bolivia, se apartó de la presidencia, en medio de presiones de todo tipo – internas – de la oposición, de las fuerzas armadas , de sindicatos nacionales, sobre todo el minero y del pueblo –, del ejército y policía - - y externas- de la OEA (Según sus auditorías hubo demasiadas irregularidades que obligaban a repetir el proceso electoral) y de la UE -, después de un cuestionado proceso electoral que le daba la victoria para acudir a la Segunda Vuelta - y de triunfar, iniciaría un cuarto mandato consecutivo.
No hay lugar a dudas de que los militares decidan el destino de un gobierno y obliguen a la renuncia de alguien en el poder es, indudablemente, un golpe de Estado, pero aquí no intervinieron. Únicamente se negaron a actuar en contra del pueblo que se manifestaba. Así el escenario, el General William Kaliman, sugirió a Evo Morales, presidente de la República, que presentara su renuncia, y lo hizo poco tiempo después pero el mismo día.
Esto está a discusión, pero por puro formulismo, pues técnicamente, que las Fuerzas Armadas sugieran la renuncia de Evo Morales, y su posterior dimisión como presidente, NO es un golpe de Estado. LO SERÍA SI LAS FUERZAS ARMADAS HUBIERAN ACTUADO FÍSICA Y BÉLICAMENTE EN CONTRA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Y EXIGIDO-OBTENIDO SU RENUNCIA POR LA FUERZA Y VIOLENCIA.
Es indispensable entender que reste golpe de Estado no surgió de la nada: es consecuencia de una larga serie de decisiones en las que Evo Morales dobló, acomodó a las instituciones republicanas y democráticas, rompiendo las reglas del juego.
Evo Morales llegó al poder después de una larga lucha como dirigente sindical indigenista y haciendo de su identidad un argumento: un indígena Aimará, en un país profundamente desigual, en donde más del 62% es de origen indígena; jamás en su historia había tenido un presidente de la República de origen indígena. En ese momento la Constitución vigente, la de 2004, señalaba en su artículo 87° que: el mandato improrrogable del presidente de la República es de cinco años.
De la mano de un profundo descrédito de los partidos históricos y tradicionales, con amplio respaldo popular y apalancado en un alza en los precios de las materias primas – en especial después del hallazgo de grandes depósitos de gas natural que le permitieron ampliar el gasto sin afectar seriamente a los más ricos -, Evo Morales llegó legítimamente al poder en 2005 y pudo llamar y convocar a una refundación de Estado para declararlo plurinacional y, entre otras cosas, tener otra constitución.
Independientemente de sus grandes avances económicos y sociales – inclusión de los históricamente rezagados grupos indígenas, atención a grupos vulnerables, crecimiento del PIB y del PIB per cápita, mejor distribución de la riqueza, erradicación de la pobreza a mínimos históricos -, la pantagruélica hambre de poder, lo cegó.
La nueva constitución boliviana – la de 2009 – su artículo168° señalaba que el periodo del presidente sería por cinco años y pueden ser reelecta so reelectas por una sola vez de manera continua y, así, realizadas nuevas elecciones Evo Morales se presentó a nuevas elecciones – 2009 - fue reelecto constitucionalmente.
Pero llegado el fin de su mandato de 2014, en lugar de retirarse como lo había prometido, argumentó que su primer mandato no contaba porque había sido bajo otra constitución, así que participó en otras elecciones en 2014, y ganó. Y en 2016 decidió preguntarle a su pueblo, para no equivocarse, si debía presentarse a otra elección en 2019; para esto realizó un referéndum en 2016, que, sorpresivamente, perdió.
Rompiendo su palabra e ignorando el resultado de las urnas, el oficialismo – su partido Movimiento Al Socialismo – MAS - acudió al Tribunal Superior – afín a él – y preguntó si de todas formas podía presentarse a elecciones para un cuarto mandato, lo cual le fue concedido para “NO ATENTAR CONTRA SUS DERECHOS POLÍTICOS”.
Así fue como Evo Morales llegó a estas elecciones.
El aparentemente golpe de Estado es un hecho, pero también es cierto y evidente que Evo Morales estiró la liga y dobló-acomodó a las instituciones democráticas a su antojo y conveniencia.
Mas ninguna de las dos acciones – la de Evo Morales y la de la sugerencia de las Fuerzas Armadas – son acciones democráticas.
Debe llamar la atención que las Fuerzas Armadas se muestren, por las razones que sean o hayan sido, como el Fiel de la Balanza, sustituyendo las funciones y acciones de los otros dos, poderes Republicanos – Legislativo y Judicial.
Si el golpe de Estado es un hecho, también lo es que este suceso político llevó a Bolivia a una crisis política, de la cual solamente la fortaleza de las instituciones republicanas y la madurez político –social de la sociedad evitarán el estallamiento de una guerra civil.
Parece ser que en este momento de crisis, se regresa a la institucionalidad y normalidad democrática: Jeanine Áñez, senadora opositora, vicepresidenta del Congreso, ante la renuncia del presidente, vicepresidente y la renuncia de los líderes de ambas cámaras, los eslabones constitucionales en serie de sucesión a la presidencia de la República, tomó protesta como presidenta interina de la República de Bolivia, a pesar de que la sesión no logró el quorum necesario, mas ella se autoproclamó – en derecho, técnicamente le correspondía- presidenta de la República y fue ratificada por el Tribunal Superior de Justicia, su Suprema Corte de Justicia.
Aunque nadie le tomó juramento, luego de autoproclamarse presidenta de la Bolivia y con una biblia en la mano, el jefe militar le puso la banda presidencial y le entregó el bastón de mando y entregó sus iniciales palabras, no sin antes solicitar un momento de silencio por los muertos en los disturbios: BOLIVIA QUIERE VIVIR EN PAZ. SÍ SE PUDO. SI SE PUDO.
Informó que convocará a elecciones a realizarse en menos de 90 días, tal como lo establece su constitución. Llamó al ejército y a la policía a calmar en la población la situación de crisis y Evo Morales, el asilado político de la 4T, no podrá participar como candidato.