Ocurren de 18 formas los asesinatos de mujeres en Michoacán
MORELIA, Mich., 11 de noviembre de 2019.- Son 18 las formas en que las mujeres son asesinadas en Michoacán, las cuales muestran diferente intensidad en el ejercicio del poder y dominio sobre la víctima, hasta la desestructuración de la personalidad del agresor que se evidencia con la saña y el dolor, hasta alcanzar grados de crueldad inadmisibles como el desmembramiento de la víctima.
De acuerdo con el Estudio de casos de violencia feminicida a partir de la Declaratoria de Alerta de Violencia de Género, financiado por los gobiernos estatal y federal, en primer lugar, se encontró que las mujeres son asesinadas con arma de fuego: un total de 201 mujeres fue víctima en el periodo de 2016 a septiembre de 2018.
Otra forma de asesinar a las mujeres después de hacerlo con arma de fuego, es que son apuñaladas, ocupando el segundo lugar con un total de 38; el tercer lugar es el estrangulamiento, con 27 asesinadas; el cuarto por golpes, con 16 mujeres muertas; el quinto lugar lo ocupa el asesinato por asfixia, con 11 víctimas; el sexto por quemaduras, con siete.
En el periodo mencionado hubo también tres ahorcadas y tres apedreadas, que ocupan el séptimo y octavo lugar mientras en el noveno lugar lo ocupan dos víctimas que fueron degolladas, dos enterradas aún con vida, dos golpeadas y violadas, dos macheteadas, una decapitada, una envenenada, una golpeada y mutilada y una se identificó con traumatismo craneoencefálico.
Las últimas formas en que las mujeres son asesinadas nos permiten afirmar que existen elementos altamente significativos que no sólo están basados en la evidencia tácita de la crueldad y el ejercicio de esta, sino lo que implica simbólicamente en donde pareciera que la brutalidad es un mensaje de desvinculación de las mujeres en relación con la familia y la comunidad, ya que son las mujeres quienes conforman estructuralmente la base de la sociedad.
Se afirma en el estudio que los homicidios de las mujeres en Michoacán por arma de fuego son una modalidad constante, permanente y en crecimiento, una forma de ejercicio de poder contra las mujeres a manos de sus parejas, quienes probablemente se sienten más confiados en el ejercicio de su masculinidad con el uso del arma.
El informe global de la violencia (2014) señala que las mujeres asesinadas son más en la esfera íntima que en la pública, en el cual sostienen que el análisis de los datos también demuestra que la proporción de mujeres asesinadas con un arma de fuego (en oposición a otros mecanismos) es mayor en áreas que registran altas tasas de homicidios perpetrados con arma de fuego.
Tan solo en Michoacán, de 2016 a 2017, se observó un incremento en el uso de armas de fuego y asesinatos de mujeres del 1.63 por ciento, mientras que en el 2017 a septiembre de 2018 aumentó un 27.86 por ciento.
En el estudio se plantea la teoría de que los homicidios de las mujeres en Michoacán están relacionados con los efectos secundarios del tráfico de armas derivado de la crisis provocada por la declaratoria de la guerra contra el narcotráfico en 2006, en el llamado operativo Michoacán, anunciado por el entonces presidente Felipe Calderón y que, posteriormente, el comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, armó legalmente a través de la figura de Guardias Comunitarias a diferentes frentes delictivos que se disputaban zonas donde había autodefensas y población civil.
Se considera que se requiere de un replanteamiento del diseño de estrategias interinstitucionales y multinivel para la paz y la pacificación, que pase por áreas de atención humana, es decir, que atiendan situaciones y condiciones que tanto hombres como mujeres necesitan, considerando que este enfoque ontológico permitirá intervenir en aspectos de pobreza, acceso a la educación, trabajo, cultura, entre otros aspectos asociados principalmente a su realidad y sus necesidades.