Juegos De Poder/Etelberto Cruz Loeza
1° Los graves sucesos bélicos - porque eso fue, una abierta guerra urbana – de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, están demasiado tratados por la boca, en la pluma de todos y en todos los dispositivos individuales. Dejemos a un lado el amarillismo, sensacionalismo y la inmediatez y reflexionemos un poco sobre el hecho de política pública de seguridad en sí. Se muestra una fuerza militar, cuantitativa y cualitativamente, superada por los integrantes del cártel de Sinaloa, específicamente, y sin generalizar, pero se podrían hacer otros juicios audaces. Se muestra una fuerza-comando carente de información en tiempo real, de planeación y con ausencia de coordinación., con improvisación en exceso e inexperiencia, a más de ineficaces. Se ha filtrado que los secretarios de la Defensa Nacional, de la Marina y de la Fuerza Aérea están molestos por todo el evento, pero sobre todas las circunstancias, porque: 1° No se les tomó en cuenta; que fue decisión del secretario de seguridad ciudadana – Alfonso Durazo – y del titular del Ejecutivo federal – Andrés Manuel López Obrador – quienes trataron de recuperar imagen con la captura del hijo del Chapo Guzmán, Ovidio - el Ratón -, Guzmán López. 2° Porque los del Cártel de Sinaloa, sitiaron y se hicieron del control de la unidad - colonia habitacional de los jefes militares donde radican sus familias y hasta las tomaron como rehenes y amenazaron con masacrarlos. 3° Los militares del operativo y de la zona habitacional fueron capturados, humillados, despojados de sus armas y vehículos desarmados, colocados cerca de dos pipas con combustibles y manifiesta intención de incinerarlos y, finalmente, fueron objeto de negociación para la liberación de Ovidio, hijo del Chapo Guzmán. 4° es la primera ocasión en la historia del país que elementos del ejército nacional son humillados, capturados, despojados de sus armas y vehículos y utilizados como recursos de negociación para liberar a un delincuente. Estas situaciones, en sociedades y Estados menos políticos, más democráticos y con suficiente honor, orgullo, valores éticos y dignidad, obligarían a una renuncia obligada y natural de los responsables del área en entredicho: Alfonso Durazo y los mandos de la Guardia Nacional que participaron en el operativo. Mas, igualmente, obligaría a que el titular del Ejecutivo federal reflexionara su política pública sobre seguridad nacional - El Estado – en sus tres niveles – debe construir cohesión y convivencia social que revierta la tendencia del crimen organizado, de la delincuencia. Debemos TODOS inculcar el respeto a la ley, gobernar con el ejemplo de honestidad y eficiencia; si no lo hacemos el Estado, todo lo que significa el Estado= seguridad nacional, estará en jaque y en riesgo - y a la intervención de los otros dos poderes de la Unión para, una, ambos y por separado, construir un frente común, legal, cohesionado y de procuración de justicia, contra la delincuencia organizada y, dos, proponer una seria, firme, consistente evaluación de todo el proyecto-programa de seguridad pública nacional, porque no está dando-ofreciendo ningún resultado positivo para la sociedad nacional. 3° Hacer, obligados, cambios en su gabinete de seguridad…o renunciarlos. El titular del Ejecutivo federal está obligado a revalorar sus actitudes y aceptar que por muy franciscana que seas sus actitudes – besos y abrazos y no balazos -, las guerras – porque estos hechos no son casuales: son una guerra y las guerras no se ganan con estampitas, ni con jaculatorias, ni con escapularios, ni con palabras franciscanas, pidiendo a los delincuentes que se acuerden de sus mamás, papás y abuelitos…es una lucha de sobrevivencia y se trata de que el Estado mexicano sobreviva y sea hegemónico y no coexista dependiendo de los delincuentes y aquí, Andrés Manuel López Obrador, está incumpliendo el artículo 87° de la nuestra Constitución Política: mirando en todo por el bien y prosperidad de la nación. Y se lo podemos demandar.
Algo que daña mucho más es la cerrazón, la política del avestruz – ni oye ni escucha a nadie ni nada – del titular del Ejecutivo federal: su incivismo de estado es el peor de todos. Un Estado de derecho que ya no tiene el valor de perseguir a quienes violan sus leyes, porque teme complicaciones, abre el camino a la tiranía; y esto es tan cierto como que la paz a todo precio conduce a la guerra. La laxitud daña tanto a la libertad como el autoritarismo.
2ª. El caso de la extensión de poderes en Baja California está por definirse: ya se publicó el famoso decreto de reforma constitucional que acuerda la extensión – de 2 a 5 años – pero instituciones y organizaciones sociales del mismo estado y de buena parte del país, así como protagonistas político-partidista y sociales ya presentaron sus demandas=impugnaciones de inconstitucionalidad.
Ante este experimento de la 4T=AMLO – se dice -, veremos de qué está hecha la Suprema Corte de Justicia de la Nación: saber si realmente es un poder republicano o es un apéndice del Poder Ejecutivo Federal.
3ª. Son verdaderamente graves, tanto las palabras como las imágenes que sobre nuestro estado – Michoacán – presenta el sacerdote José Luis Segura Barragán, ex párroco de La Ruana, publicadas en PROCESO, número 2242, edición del domingo20 del presente: LA ENTIDAD SE HA CONVERTIDO EN UN INFIERNO. ES UN NARCO ESTADO DONDE EL CRIMEN ORGANIZADO GOBIERNA. (Según datos del INEGI, durante la gestión de Silvano Aureoles Conejo, el número de muertes violentas o accidentales creció 137%). NO HAY NADIE A QUIEN PEDIR AYUDA. HASTA LA PRENSA ESTÁ CONTROLADA. EL ATAQUE DE AGUILLA FUE UN MENSAJE PARA EL GOBERNADOR…NO HUBO NINGUNA BAJA DE LOS DELINCUENTES Y ASESINARONA 13 O 14. LOS QUEMARON Y LOS MUTILARON. ESTAMOS EN EL INFIERNO. NO SE PUEDE VIVIR A QUÍ. COBRAN CUOTAS HASTA EN LAS FUNERARIAS POR SACAR A LOS MUERTOS E IRLOS A ENTERRAR. ESTAMOS EN EL INFIERNO. NO SE PUEDE ACUDIR A NADIE. NO CREO QUE EL PRRESIDENTE VAYA A CAMBIAR SU ESTRATEGIA DE ABRAZOS, BESOS Y NO BALAZOS. SILVANO NO QUIERE RECONOCER LA SITUACIÓN Y DISMINUYE LA CIFRA DE LOS ASESINADOS O DE CUALQUIER TIPO DE VIOLENCIA. DA UNAS CIFRAS PARA APARENTAR QUE ESTAMOS EN PAZ, PERO NO ES ASÍ. EN MICHOACÁN TODOS LOS DÍAS HAY ASESINATOS. NO SE PUEDE CONFIAR EN NINGUNA AUTORIDAD MUNICIPAL, INCLUIDO AUREOLES.
Ahí están las palabras.