Teléfono rojo/José Ureña
· Cáncer, diabetes, Sida… crónica de una crisis de salud anunciada
· Provino del choque de Martínez Cázares con Urzúa y Buenrostro
· Los laboratorios mexicanos marcan distancia de este desabasto
Desde marzo veían venir la crisis.
La regularidad en el abasto de medicamentos había terminado en diciembre porque así lo dejó la inercia del gobierno anterior.
Quien mejor pulsó el conflicto fue Germán Martínez Cázares, quien como director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recorrió todas las oficinas de gobierno.
En especial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), donde Carlos Urzúa parecía hombre de hielo porque no reaccionaba ante los reclamos con fines humanos.
Martínez Cázares chocó con él y de su confrontación da cuenta la extensa e ilustrativa renuncia del ex dirigente panista.
Singulares fueron sus catastróficos encuentros con Raquel Buenrostro Sánchez, quien se negó a autorizar el ejercicio de dinero de manera directa.
Con la emergencia del caso.
La triada no transitó a pesar de los intentos del ahora senador en funciones por hablar con usted ya saben quién para poner en claro el conflicto.
Desesperado, acosado por enfermos sin atención ni medicamentos institucionales, se fue y de testamento dejó su denuncia, su protesta.
LA CRISIS DE MORTANDAD
Al Seguro Social llegó Zoé Robledo.
Aquí lo hemos informado: es uno de los principales confidentes de Palacio Nacional y llegaba con suficiente poder para negociar.
Acudió y previno en las alturas, como aquí lo informamos entonces, sobre el riesgo de cientos o tal miles de vidas para atención de por el abandono de enfermos graves.
Las enfermedades terminales más conocidas, planteó, no esperan: cáncer, diabetes, síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida) y otros.
Logró lo negado a su antecesor:
A días de la salida de Germán Martínez Cázares (21 de mayo de 2019) se liberaron recursos mil veces reclamados inútilmente no nada más para el IMSS, sino para el la Secretaría de Salud (SSA) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Qué raro.
La denuncia/renuncia del secretario de la Función Pública con Felipe Calderón caló hondó en el ánimo social y, como eso afecta la aceptación política, en Palacio Nacional se decidió actuar con urgencia.
Dato relevante con acotación relevante:
Zoé Robledo agradeció el gesto hacendario, pero aclaró: esto no resuelve el problema de inmediato porque se necesita coordinación con los proveedores.
Hoy, con las manifestaciones infantiles, los padres angustiados y le dan la razón.
Con un agravante: él planteó esta crisis de salud “a partir de septiembre”.
Pero se ha ha adelantado.
MEDICINA Y CONTRATOS
1.- Rápido contestó la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf):
La escasez de medicamentos contra el cáncer, en especial pediátrico, no es culpa de los industriales mexicanos.
-Nosotros entregamos en tiempo y forma los suministros que señalan los contratos firmados con el gobierno federal y así los seguiremos haciendo –aseguró el director ejecutivo, Juan de Villafranca.
Protege, claro está, a 40 laboratorios con 63 plantas mexicanas, más de 30 mil empleos e inversión promedio de 500 millones en cada compañía.
De nuevo las miradas se dirigieron hacia la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) de José Alonso Novelo, donde no autorizan insumos.
Y 2.- en tiempos de transparencia y transformación, la que sea, en la Policía Federal se dan cosas extrañas.
Acusan al director de Adquisiciones, Luis Martínez Rosas, de operar como si estuviera en sus tiempos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y determinar unilateralmente inhabilitación de proveedores.
¿Lo sabrá el secretario Alfonso Durazo?