Manos que crean arte/Gerardo Andrés Herrera Pérez
El trabajo artesanal está siendo desplazado por el mercado Posmoderno; la producción en serie de productos y servicios hace que se abaraten los costos y por ende los precios de sus productos, con lo que se vende un mayor número de prensas de vestir que son producidos en serie, con respecto a los productos artesanales, que son piezas únicas, irrepetibles por su valor y porque siempre son originales.
El mercado en el Neoliberalismo, busca aprovechar cualquier nicho que genere ganancias para apropiarse de ellas, es decir, tratándose del diseño de ropa, confección y venta del producto, trata de apropiarse de los diseños de los bordados originales de los pueblos y comunidades indígenas; esto ha venido siendo una práctica recurrente; hoy lo podemos apreciar en la apropiación y el registro de marca de bordados realizados por manos de indígenas oaxaqueñas y chiapanecas que ya son de propiedad de distintas marcas, por lo que se ha tenido que enfrentar una lucha por el registro de propiedad.
Por ello, sigue siendo necesario organizar a las artesanas que bordan, deshilan, cosen, y realizan otras actividades durante el proceso de diseño y elaboración de prendas de vestir con nuevos diseños y propuestas alternativas para el mercado. Pero al mercado que nos referimos, es un mercado que sabe apreciar las prendas por su diseño y valor único, por su ensamblado a mano y por el tiempo que tarda la artesana en confeccionar una prenda. El valor de una prenda hecha a mano por una artesana que tardo semanas en prepararla para el mercado tiene un precio mayor al de las prendas que se realizan en serie, y que incluso son supervisadas por control de calidad. Pero hay que reconocer que el valor artesanal siempre será superior al que es hecho por las máquinas. Por ello, no debemos de realizar negociaciones de una prenda artesanal, en ella, va no solo el trabajo de las artesana, también incluye el talento de la combinación de los colores, el diseño y desde luego la sabiduría aprendida de padres a hijos, desde luego que es una pieza viva.
De esta manera Helio López Bartolo, “el diseñador de lo original”, está avanzando en un modelo social de inclusión y respeto al trabajo de más de cuarenta artesanas que generan condiciones para hacer posible la magia de las prendas que día con día más personas las utilizan por su utilidad y por la sobriedad con que se puedan portar. Una camisa, un pantalón, incluso un trabaje de novio o novia, un vestido, y así, chamarras, rebosos y otros accesorios son producidos con talento, con gusto, con diseño y sobre todo con la experiencia y la sabiduría que ofrecen los pueblos y comunidades originarias.
En pocos días este trabajo de integración y cohesión social que impulsa Helio López Bartolo de la Isla de Janitzio, cumplirá ya tres años, es decir 36 meses de realizar acciones que han generado la confianza entre las artesanas, que han permitido encontrarse en la identidad del bordado, deshilado y otros accesorios, que impulsa con ello valores y desde luego que da la oportunidad de la convivencia como la que se desarrollará el próximo 24 de agosto, en dónde se llevará a cabo una pasarela con las tendencias de la moda originaria de pueblos y comunidades originarias. A este evento asistirá el Órgano Autónomo de Derechos Humanos, simplemente como un reconocimiento al Convenio de la OIT 189.
Así, la sociedad se mueve en un marco de complejidad, se mueve en un mercado Neoliberal, y en un modelo económico depredador, pero que las poblaciones indígenas están trabajando para fortalecer su identidad como comunidad indígena y ofrecer sus productos artesanales en condiciones de respeto a su trabajo y a su identidad, porque su artesanía está viva.