?Sindicalistas y ciudadanos?
Cada año, en un evento público marchando por las calles, el sindicato de telefonistas enumera sus consignas, defiende sus luchas y expresa sus reivindicaciones.En esta ocasión, el 31 de enero, recibí una llamada de invitación para acompañarles; por lo que me apersoné en el zócalo de Celaya. Estando en el jardín principal, gustando de la tarde, como dicen los yucatecos; se sentaron en la banca tres mujercitas muy gentiles que de entrada me ofrecieron de sus empanadas, no gracias, les dije. Acto seguido empezaron a comentar del contingente de telefonistas, compañeros de ellas, que estaban por llegar; por lo que iniciamos un diálogo sobre el sentido de la marcha y el deterioro en la calidad de vida.Una de ellas me preguntó: -¿Sabe Ud. por qué sube el gas y la gasolina cada mes? –Sí, le contesté, por la misma razón por la que hay políticos y gobernantes corruptos ¡Porque nos dejamos!, se rieron y continúe con la explicación: -El argumento que usa el gobierno federal, avalado por congresistas a modo, es que la gasolina está subsidiada y que está debajo de los precios internacionales, argumento idiota de entrada, ya que no puedes justificar el medir los costos de la gasolina en función de precios internacionales, cuando los salarios ni se comparan con los internacionales. En otras palabras, comparan peras con jitomates a su conveniencia, para sangrar al pueblo. Aún dando por bueno que la gasolina está subsidiada, es de risa el argumento, cuando en principio, el petróleo, el insumo más caro es nuestro. En otras palabras: al costo de extracción del petróleo, que está alrededor de los $4.50 de dólar por barril, habría que aumentarle el costo de fleteo, procesamiento y distribución de la gasolina, para llegar a un costo final que debería ser el costo base del precio de la gasolina en México; a ello habría que restarle los costos inflados de operación de Pemex, es decir: la corrupción en compras, la corrupción sindical y la operativa (puestos de compadres, aviadores y parientes de gobernantes en turno), que no tenemos por qué pagar los ciudadanos, para así llegar al costo real, el cual, obviamente no se parece en nada al costo internacional de la gasolina, ya que este no desincorpora dos componentes básicos, el petróleo, que es nuestro y la corrupción que es de ellos. Me dieron las gracias, al tiempo que llegaba la marcha de sus compañeros para tomar posiciones frente a la presidencia municipal.Tomaron la palabra el Secretario del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) en Celaya, Ernesto Castro, hablando de la reivindicaciones sindicales, incluido el apoyo solidario con los trabajadores de Mexicana de Aviación, después habló la Secretaria del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Salud de Guanajuato, Ma. del Carmen Sánchez y cerró la participación sindicalista Adrián Guerrero Caracheo del STRM y de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). Los temas tratados giraron desde la defensa al sindicalismo, hoy atacado por políticos, empresarios y gobernantes, hasta el cuestionamiento abierto al modelo económico depredador, señalando la corrupción política y de gobierno que lacera a México, lo que permite privilegiar al inversionista extranjero sobre los empresarios nacionales. También se tocó el riesgo alimentario que vive México asociado al quebranto del campo, la mal planeada guerra contra el narcotráfico que ha costado miles de vidas y pone en riesgo permanente a la sociedad civil y la oposición sindical a una reforma laboral que amenaza con dejar a los trabajadores en estado de indefensión.Cerró Adrian su participación exhortando a los trabajadores y sindicatos a unirse con una visión de futuro, para formar un frente común y con una arenga que comparto: “México no se vende,.. México se defiende.”Finalmente me invitaron a cerrar el evento con un mensaje ciudadano, cosa que agradecí señalando: Primero, que los sindicalistas, antes de ser trabajadores, son ciudadanos y padres de familia, por lo que compartiendo la necesidad de la organización ciudadana para enfrentar y resolver nuestros problemas, pueden los sindicalistas, ya organizados, ampliar sus miras y ser semilla de la necesaria organización ciudadana. Hablé también de la necesidad de construir gobernanza y caminar juntos ciudadanos con gobernantes, para lo que era necesario que los candidatos realmente nos representaran y asumieran causas ciudadanas. Y Cerré mi participación diciendo que: el sindicalismo mexicano está ante una oportunidad única, modernizarse y acrecentar sus acciones en defensa de sus afiliados: Soñemos ante la posibilidad de que, a partir del sindicalismo, se generen empleos y se apoyen proyectos productivos para jubilados, familiares de empleados y finalmente para la sociedad en general ¡Un sueño!, que podemos hacer realidad si pasamos del discurso a la acción, sustentada en la organización, siendo generosos y visionarios.Santiago Heyser BeltránEscritor y soñador