?De impunes, pendejos y perversos?
La discusión versaba sobre si el gobierno otorga la impunidad o el malhechor la toma…Mi postura es que el gobierno y el Estado mexicano otorgan la impunidad; el gobierno, al no aplicar la ley a través de las instituciones de justicia y seguridad; el Estado, al sumar a la ineficacia del gobierno su propia inefectividad inducida por burocracia, estupidez o complicidad y el no hacer las leyes correctas en función de: ser infiltrados del crimen organizado en el Congreso, de ver por intereses electorales mezquinos, de recibir línea de otros países (léase USA), o simplemente por güevones. Ello en adición a contar con un sistema judicial de vergüenza, tanto en procedimientos, como en eficacia y justicia… La postura de mis amigos es que el gobierno no otorga la impunidad, porque no es una acción consciente de no castigar, sino que el delincuente la obtiene de las fallas y debilidades institucionales, con sus argucias y habilidades.Tuve que ir al diccionario de la Real Academia Española (RAE), cito: Otorgar: 1. Consentir, condescender o conceder algo que se pide o se pregunta. 2. Hacer merced y gracia de algo.Si otorgar es consentir, veamos que es; Consentir: 1. Permitir algo o condescender en que se haga. 3. Mimar a los hijos, ser muy indulgente con los niños o con los inferiores (El número refiere a la acepción de la palabra en el diccionario, ya que cada una puede tener varias). Ahora; Condescender: 1. Acomodarse por bondad al gusto y voluntad de alguien. Ahora; Merced: 3. Dádiva o gracia de empleos o dignidades, rentas, etc., que los reyes o señores hacen a sus súbditos. Ahora; Gracia: 3. Don o favor que se hace sin merecimiento particular; concesión gratuita. Finalmente veamos; Don: 1. Dádiva, presente o regalo.Recapitulemos: Si otorgar es consentir, es decir, permitir algo. El gobierno y el Estado permiten que los crímenes no se castiguen, por lo que otorgan impunidad. Si hubiera duda; si consentir es condescender, el gobierno y el Estado se acomodan, “por buenas gentes”, a la voluntad de los delincuentes de no ser castigados, por lo tanto otorgan la impunidad. Si tener merced, es dar una gracia a un súbdito, ver a los criminales como súbditos de la autoridad permite interpretar que, al darles la merced de no castigarlos, el gobierno y el Estado otorgan la impunidad. Ahora bien, si es un don, dadiva o presente el que conceden el gobierno y el Estado a los criminales, con la impunidad, el gobierno y el Estado son otorgantes de impunidad. Y por último, si dar una gracia es conferir un favor sin merecimiento, gobierno y Estado les hacen el favor de otorgarles una gracia a los delincuentes, al no castigarlos, por lo tanto les otorgan impunidad; ¡Servidos!...¡No!, esta no es una discusión estéril sobre el uso y manejo de las palabras, no nos vayamos con la finta, esto es de primordial importancia para entender el estado de inseguridad que hoy vivimos, porque en tanto no hablemos con propiedad y expresemos las cosas con corrección, se distorsiona la realidad y perdemos objetividad para resolver los problemas. En otras palabras, si el criminal toma la impunidad (se la adjudica solo) por sus habilidades y argucias, el único recurso es pedirles a los malosos que no sean tan listos y a las autoridades que no sean tan pendejas (algo difícil, cercano a lo imposible, con los que hoy tenemos); pero, si son el gobierno y el Estado quienes otorgan impunidad, como diría aquel: “entonces la cosa cambia”; tenemos los ciudadanos, que, a través de la organización inteligente, enfocar nuestras baterías a resolver problemas de leyes, de justicia y de operatividad de gobierno y Estado, ya que los perdedores en esta guerra, que dice “aquel” que no es guerra, somos los ciudadanos… ¡Así de sencillo!; en el correcto planteamiento de un problema, que inicia por describirlo correctamente ¡Está el principio de la solución!... Lo que me lleva a cambiar de tema.De pendejos o perversos tengo que tachar a los congresistas perredistas que con “ardor” (2. Sensación de calor o rubor en alguna parte del cuerpo.), pretenden que se eliminen las encuestas en México: Primero, suponen, porque lo son, que el pueblo es idiota como ellos y que vota en función de las encuestas. Cree el conejo que todos tienen su pellejo; si así fuera, les recordaría las decenas o cientos de veces que AMLO declaro ir adelante en las encuestas… ¡Y perdió! Y adicionalmente, en forma perversa se creen el ombligo del mundo y piensan que porque ellos están dolidos (1. Dolorido por un desaire o una ofensa.), el pueblo de México lo está. Mal diagnóstico y estúpida propuesta, por eso pierden los izquierdosos… ¡Así de sencillo!Santiago Heyser BeltránEscritor y soñador