Visiones y percepciones/Eteberto Cruz Loaeza
V
PRD NACIONALMENTE
XXX ANIVERSARIO DE SU FUNDACIÓN
Es pasado día 5 del presente, fue de significación muy especial para las instituciones nacionales – hizo 157 años que las armas nacionales, al mando del Gral. Ignacio Zaragoza, se cubrieron de gloria por su victoria ante el ejército franco-belga-austriaco y evitaron la toma de la ciudad de Puebla de los ángeles -, histórica y políticamente.
Históricamente, por la victoria obtenida – el 5 de mayo de 1862 - sobre el ejército europeo invasor y políticamente, porque en este día, hace treinta años, nació a la vida político-partidista, el Partido de la Revolución Democrática – PRD – que aglutinó, bajo la bandera amarilla con el sol azteca, a la llamada Izquierda.
Junto al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo del Gral. Lázaro Cárdenas, varios llamados intelectuales, politólogos liberales y con la estructura partidista del Partido Socialista Unidos Mexicanos – PSUM -, además de miles y miles de simpatizantes y militantes del, en ese momento, ya extinto Frente Democrático Nacional, solicitaron y obtuvieron su registro institucional como partido político nacional.
Podrán decirse muchas cosas, mas lo cierto es que el PRD fue una institución política que participó activa y protagónicamente en la sociedad nacional y en el Estado mexicano y, muy seguramente, sin su participación, ni nuestra sociedad, ni el Estado mexicano, serían lo que en este momento son.
Por su ímpetu, su fervor en la lucha, la fe de su militancia en la figura del casi caudillo-fundador del partido, llegó a ejercer el poder en varios espacios de la representación popular, vía el voto ciudadano, pero ese ejercicio del poder no únicamente lo desgastó social y políticamente, sino, también, lo exhibió y mostró que, por lo menos los militantes, cuadros y dirigentes de esa generación, no eran aptos para ejercer el poder, y gobernar.
Bajo su bandera, hubo muchos excesos y por la codicia y avaricia del poder, varios de sus protagonistas – imposible mencionar nombres, pero se sabe quiénes, cuándo y dónde, se vincularon con lo oscuro de la sociedad y cogobernaron, hasta llegar a lo no recomendable: el asesinato y la creación de estructuras delictivas, regionales, para subvertir, el orden, conservar el poder y romper la tranquilidad y la paz sociales.
La sociedad, el pueblo, relativamente puede aceptar el robo, la defraudación, el cohecho – los escalones mínimos de la corrupción -, mas lo que nunca, jamás, aceptará serán los asesinatos para conservar el poder.
Y, curiosamente, al partido de la Revolución democrática lo identificaron con asociaciones asesinas y predispuesto, bajo el cobijo-poder, de confabularse para hurtar, robar, defraudar y figuras parecidas y, esas fueron, fundamentalmente, las razones por las cuales, la sociedad y alto porcentaje de sus militantes renunciaron, salieron de sus filas y lo abandonaron a su suerte.
El PRD es un caso inédito: su fundador, sus presidentes partidistas renunciaron a su militancia. Igualmente, algunos que tuvieron la oportunidad de ser gobernadores de un estado – o jefes de gobierno de la ahora ciudad de México – dejaron sus filas para engrosar otras. Finalmente, si en 1989, y antes con el FDN, llenaban plazas, avenidas, bulevares y vialidades, ahora ya no llenan ni callejones.
El partido de la revolución democrática – PRD – tiene un pronóstico reservado- o se refunda, con nuevos militantes, nuevos documentos básicos y nueva plataforma ideológica y nuevos estatutos o desaparece.
Y para la vida político-partidista del país sería muy lamentable.