Sin gafete/Isabel Arvide
LA INSEGURIDAD DE JESUS ORTA O CÓMO LA INEXPERIENCIA SE PAGA CON MUERTE…
¿Es la Ciudad de México más segura a la llegada de MORENA? ¿Se puede confiar más en las autoridades?
La señora Sheinbaum viaja, dicen, en Metro… ¿Es que no se ha topado con los señores que se masturban? ¿Puede no haber visto a los vendedores ambulantes tolerados por sus empleados?
La tragedia de la señora que fue tratada como un bulto, como un estorbo, no tiene justificación. O, tal vez, sí la tiene: Una inmensa incapacidad mezclada con corrupción, una omisión, una discapacidad brutal de su jefe, el señor Orta.
Porque una cosa es tener estudios, títulos, y otra muy distinta tener capacidades como policía, entender de seguridad, poder mandar.
Jesús Orta fue nombrado secretario de Seguridad Pública por recomendación de Marcelo Ebrard. ¿A quién le reclamamos, a él o la Sheinbaum?
En el Metro la falta de sentido común, la inmoral incapacidad de todas las autoridades ahí presentes, la colusión en el miasma de corrupción, llevaron a una mujer a agonizar en la calle por dos días. Como un perro mal herido.
¿Y qué dice la responsable? Que van a pedir estudios de Preparatoria a los policías. Cuando lo que necesitan es capacitación como policías. Para que no sean golpeados impunemente por los que quieren detener, para que no sean aventados a las vías del tren por lo menos.
El joven milenial, tan lleno de capacidades intelectuales, Jesús Orta llegó fustigando la corrupción y quitó a los jefes de la policía. A los que no corrió los mandó a cuidar puertas. Las consecuencias las estamos pagando todos. Valga el ejemplo de uno de los asaltos del sábado pasado, en las vías del tren en Polanco, una zona habitacional de lujo, una vialidad limitada que va de Palmas a Reforma. Ahí asaltaron, plena tarde, con el sol de plomo, a una jovencita. Los ladrones iban en bicicleta…
¿Podemos imaginar que estos ladrones no tienen protección de policías?
No hay mando en la Secretaría de Seguridad de la CDMX. Y cuando el jefe no se entera de lo que sucede, todos hacen lo que les da la gana. No hay resultados. No hay un cambio para mejorar, antes al contrario.
La pregunta es muy simple: ¿Por qué no vivimos una realidad en el METRO como la de estos días al final del gobierno anterior?
A todo esto, lo que le sigue del caos, hay que agregar el mensaje de “aquí no pasó nada”. La impunidad otorgada por Orta a todos. La impunidad otorgada por Claudia Sheinbaum a la directora del METRO, que ni por casualidad se entera, ya no digamos que hace algo, se entera de lo que sucede en las instalaciones bajo su cargo.
En un inicio nos dijeron que la Sheinbaum se iba a reunir cada mañana con los responsables de la seguridad. Si así sucede, que lo dudo, es obvio que la engañan. Porque frente a la realidad que hemos vivido estos cuatro meses ya debería haber hecho algo.
¿Esta es la Ciudad que queremos?