Lo lúdico para transmitir mensajes/Gerardo A. Herrera Pérez
Con la obra “La vida en esperanza”, se da inicio a la promoción y divulgación de los derechos humanos de forma lúdica; es decir a través de los títeres y el teatro guiñol, se estarán realizando acciones que permitan a los niños, niñas, adolescentes conocer sus derechos humanos y las libertades y ejercerlas.
La obra de teatro “La vida en esperanza”, es una creación institucional de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, escrita por Jaime Díaz de León y realizada por Monserrat Guerrero y Pedro Chávez, bajo la dirección de Gerardo, Coordinador de Estudios Divulgación y Capacitación.
La obra nos permite comprender los derechos y libertades que tienen los niños, niñas y adolescentes, pero también las obligaciones que se deben atender para que funcione adecuadamente nuestra familia; igualmente el plantear la importancia de los valores colectivos frente a procesos de acoso escolar, así los valores y principios son fundamentales para la libre convivencia de las comunidades.
Los personajes, todos ellos encarnados en cuerpos del reino animal (cerdito, gatita, tigre, cuervito, la rana, así como la maestra) permiten atraer la atención de los niños, niñas y adolescentes y mantenerlos permanentemente interesados en el desarrollo de la obra.
La obra tiene varios momentos, uno de ellos, la enseñanza de los derechos humanos y las libertades en donde se da un manejo de interacciones con los participantes, es decir, los diálogos permiten la interacción con las y los niños, un proceso dialógico y de complementariedad. Por otro lado, en su segunda parte, se precisa las problemáticas que se viven de acoso escolar y que son traducidas en formas de violencia de diferente manera, desde la física, hasta la verbal y desde luego la psicológica, que devastan los cuerpos.
Por otro lado, existe una tercera parte en los diálogos que nos permite comprender la importancia de los valores, los principios y las virtudes sociales sobre las cuales se debe de atender la vida. Frente a un conato de incendio en la trama de la obra, es el “cuervín”, el actor que es más discriminado por su apariencia, quien salva a sus amigos de ser víctimas de un incendio. Así, el trabajo de responsabilidad social, pero también de respeto a la vida, y sobre todo de la honestidad y la colaboración nos enseña una lección para los humanos, los valores colectivos, frente a los valores individuales.
Felicidades a todos y todas los actores, niños y niñas, personal docentes, y personal del Órgano Autónomo de Derechos Humanos que intervienen en este evento que fue desarrollado en la Casa Hogar “El Buen Pastor”, IAP, que permitió que las y los niños disfrutar de una sesión de teatro guiñol con un mensaje importante que es el respeto a los derechos humanos y las libertades, los valores, los principios y las virtudes sociales, pero sobre todo evitar la discriminación y la promover la igualdad.
Felicito igualmente a los niños y niñas de Ciudad Jardín quienes también disfrutarán de este evento.