Antigua fábrica de San Pedro, recinto que borda el arte y la cultura
URUAPAN, Mich., 22 de abril de 2019.- En un espacio comunitario para el arte y la cultura se ha convertido la antigua fábrica de textiles San Pedro que, a principios de la década de los 80, estuvo a punto de ser derribada para construir un fraccionamiento.
A solo dos años de haber sido habilitada como galería y taller, con el apoyo de Terreno Baldío, la fundación de Javier Marín, las empacadoras aguacateras y muchos uruapenses, la familia Illsley ha rescatado y transformado ese inmueble del siglo 19.
“Queremos que Uruapan se apropie del espacio, que lo sienta suyo, que se sienta orgulloso y lo tomen como algo propio, es nuestro principal objetivo, por eso pedimos el apoyo voluntario de la comunidad y la gente viene a ayudar a ratos a pintar, a limpiar o a montar las exposiciones que se presentan”.
Sencillo no ha sido, detalla Susana Illsley quien, con otro hermano, está a cargo del espacio que estuvo a punto de ser destruido porque había dos compradores más, aparte de su familia, que querían adquirir el inmueble para derribarlo y construir casas.
Como su familia siempre ha tenido el taller de hilos y de telas y eran clientes de la fábrica tuvo cierta preferencia para su adquisición y al día siguiente de lo compraron lo declararon edificio histórico y poco a poco se ha ido restaurando con la ayuda de todos.
Actualmente presentan una exposición de kimonos y diseños de Minoru Kobayashi + huellas de Japón en la moda mexicana: Guillermo Vargas de 1/8 Takamura, Aurea Bucio, Carla Fernández, Julieta y Renata, de una serie que exhibirá las colecciones que tienen los uruapenses.
Kobayashi es un promotor cultural y diseñador de origen japonés que desde hace 35 años llegó a Uruapan pero ya lo adoptaron señala Illsley y ahora el permitió la exhibición de 60 kimonos, lo mismo de uso cotidiano que de gala que pertenecieron a las mujeres de su familia quienes se los heredaron con el fin de que los conservara y contara sus historias.
El segundo componente de la exposición es una selección de piezas de cinco diseñadores mexicanos de moda contemporánea, cuyos cortes, estilos e inspiración, toman referencias, lo mismo de la cultural ancestral mexicana que de la tradición japonesa, señala Ana Elena Mallet en la presentación de la exposición que ha tenido ya tres mil visitantes en 15 días, 70 por ciento de ellos de Uruapan.
Las prendas las portan maniquís que fueron hecho expresamente para la exposición por Javier Marín, el escultor nacido en Uruapan que tenía miedo de volver cuando alcanzó la fama porque le decían que era muy peligroso, pero que en ese espacio está echando raíces.
Anteriormente en ese espacio se montó una exposición de su monumental obra, Claroscuro, la cual tuvo 16 visitantes en cinco meses, señaló Susana Illsley.