A 8 años de diagnóstico de cáncer dejó atrás la depresión y el encierro
MORELIA, Mich., 4 de febrero de 2019.- Lupita tenía 19 años cuando los médicos le diagnosticaron leucemia mieloide crónica, un tipo de cáncer que se origina cuando determinadas células productoras de sangre de la médula ósea crecen de manera descontrolada.
Actualmente tiene 27 años, dos meses de embarazo y en abril próximo contraerá matrimonio. Se siente sumamente saludable.
Sin embargo, confiesa que la lucha contra esta enfermedad no fue un proceso sencillo, ya que antes atravesó por momentos de negación, depresión e incluso llegó a pensar que podría morir.
“Al escuchar la palabra cáncer la primera palabra que se te viene a la mente es muerte, porque antes así era, pero ahora ha cambiado mucho ya que hay más tratamientos y la gente puede tener mejor calidad de vida”, compartió.
Lupita es originaria del municipio de Paracho, Michoacán, estudia Diseño de Modas en Zamora y también se dedica al comercio. Aunque ya han pasado ocho años desde su diagnóstico, aún recuerda cómo fue recibir esta noticia en la que fue inevitable preguntarse ¿por qué yo?.
“Me enteré porque me iban a operar un quiste que me salió en la cara. Me hicieron los exámenes preoperatorios y ahí fue donde salí muy alterada en mis estudios. Me canalizaron inmediatamente con un hematólogo que me empezó a hacer estudios y ahí fue que resultó la leucemia”, relató.
Al principio fue muy difícil de aceptarlo, ya que con solo 19 años apenas empezaba a vivir. “Me costó mucho tiempo asimilarlo, me daba pena hablar de mi problema de salud porque pensaba que me iban a juzgar o a etiquetar por estar enferma, pero gracias a Dios y a mi familia pude salir de ese estado en el que me encontraba”.
Fue hasta seis meses después cuando Lupita logró iniciar un tratamiento médico para vencer la leucemia, y aunque inicialmente no fue exitoso porque su cuerpo rechazó los fármacos, ahora ha respondido de manera favorable y nunca ha tenido que recibir quimioterapia o pisar un hospital por alguna complicación.
No obstante, uno de los inconvenientes a los que tuvo que enfrentarse fue el hecho de que no contaba con seguridad social para recibir su tratamiento, lo cual resultaba sumamente indispensable porque adquirir el medicamento le costaba 83 mil pesos al mes.
Por su embarazo tuvo que suspender el tratamiento, lo que le dio la oportunidad de donar medicamento a una persona que lo necesitaba a través de la Asociación Civil, Manitas, la pulsera de la leucemia, que ayuda a pacientes con este tipo de cáncer.
“Cuando supe que estaba embarazada me asusté muchísimo porque los doctores me habían comentado que no debía embarazarme porque era demasiado riesgoso, pero ahorita, como tengo dos años y medio en remisión me dicen que es muy buena señal, que se puede dar un embarazo normal, nada más tengo que tener muchos cuidados en cuanto a infecciones de gripa o estomacales”, indicó.
Ya han pasado ocho años de su lucha contra la leucemia y Lupita confiesa que su bebé y su familia son su motor para salir adelante. Atrás quedaron los episodios de depresión y encierro, y hoy, con 27 años ha tomado esta enfermedad como una segunda oportunidad para vivir.
“A veces no es tanto la enfermedad la que te acaba, sino la depresión, pero tú mismo debes de motivarte y ver hacia el futuro, no pensar en la muerte, sino que en el momento en que te detectaron esa enfermedad vuelves a nacer. De ahí para adelante hay que contar de nuevo y empezar a vivir porque se nos está dando una segunda oportunidad, la cual hay que aprovechar hasta el último momento”, concluyó.