Incendios y cáncer, riesgos de transportar combustible
MORELIA, Mich., 20 de enero de 2019. – Los michoacanos que almacenan o transportan gasolina en garrafas y tambos podrían estar incurriendo en una falta, además de ser un factor de riesgo de incendio y también para el desarrollo de cáncer.
La Norma Oficial Mexicana NOM-002-SCT/2011, Listado de las substancias y materiales peligrosos más usualmente transportados, establece que: gasoleo o combustible para motores diésel o aceite mineral para caldeo, ligero, gasolina combustible para motores y la mezcla con etanol solo pueden transportarse como máximo tres litros.
Para ello, quienes procedan a hacer el traslado del combustible, deben efectuarlo en recipientes con sistema de ventilación que permitan la liberación de los gases o, en su defecto, que se llenen al máximo para evitar la formación de los mismos gases, los que pueden llevar a un siniestro.
Otra desventaja de las garrafas que usualmente se almacenan en casa es que no cuenta con control de derrames y mecanismos de arrestadores de flama, en caso de un percance, como pasa con los contenedores hechos ad hoc.
Además del inminente riesgo de incendio, Petróleos de México advirtió en un comunicado de 2016 que “los bidones o garrafones no están diseñados para este efecto, ya que son productos altamente inflamables y los vapores que emanan provocan graves daños a la salud…”
El comunicado enlista problemas graves de salud como: enrojecimiento y ardor en los ojos, desprendimiento de retina y ceguera, pérdida del oído, pérdida del olfato, cáncer en combinación con los rayos del sol, diarrea, vómito recurrente y perforación del esófago, entre otros.
Desde el 2016 Pemex advertía que junto a las afectaciones de la salud, la compra y almacenamiento deriva en la sobre demanda, dificultando la recuperación del equilibrio entre el abasto y el consumo de los combustibles.
Entre los recipientes avalados por las instituciones mexicanas se encuentra una bolsa, hecho específicamente para ello, cuya capacidad oscila entre los tres y cinco litros de combustible. Suficiente para encender un vehículo a motor.