Impuestos, pobreza y comunidad/Luisa María Calderón
Amanecemos con Paquete Fiscal que permite al gobierno estatal aumentar el cobro de algunos impuestos ya existentes y cobrar algunos nuevos. La bancada de Morena se opuso diciendo que iba en contra de los michoacanos, pero recibió una sopa de su propio chocolate cuando le mostraron la nota de Yeidckol exigiendo que los gobiernos de los estados debían empezar a aprender a cobrar impuestos (o a generar ingresos propios).
La explicación de quienes votaron a favor fue que el gobierno federal tuvo muchas reducciones a etiquetas directas para entidades federativas. Todo lo quiere operar a través de sus reglas de operación y si, con Pantoja como super delegado, lo que absorbe más poder central y menos libertad, pero además discrecionalmente.
Los gastos que hacen los gobiernos, estatal, municipal y federal, siempre vienen de la población que paga impuestos y servicios —y una parte del petróleo— no son del dueño del poder. Así que hay que repensarnos como comunidad porque si no, este dime y te diré que venimos jugando ciudadanos y gobiernos desde uno u otro color terminará por destruirnos.
Ya hace tiempo que decimos que el esquema fiscal está agotado y ahora lo quieren abusar no desde las reglas sino desde las complacencias y cercanía o no del gobernador con el presidente.
Los países en cuyas entidades federativas y municipalidades se generan y se quedan el 45% por lo menos de los impuestos, son los más desarrollados y menos desiguales. Aunque se necesita también desde un fundamento ideológico del principio de subsidiaridad, que desde el centro se impulsen condiciones de igualdad a los que menos tienen- y me refiero a infraestructura, recursos, potencial, trabajo, que el gobierno central lo redistribuya bajo ese principio, pero no al infinito, ni en la discrecionalidad y el control en que hoy se pretende.
No hay soporte ni ideológico, ni de teoría económica ni social que funde las decisiones, y ésa, esa es una discusión que debemos volver a poner en la mesa. Mira a Putin, líder del socialista país de Rusia; acaba de declarar sobre este modelo de dar y dar: "El gasto siempre supera a los ingresos… el socialismo es un modelo fracasado y siempre generará distorsiones que impactan negativamente la economía”. Pero en la posición opuesta también se cuestiona el modelo; en voz de Enrique Iglesias, quien dirigió el BID y quien ha sostenido que el capitalismo liberal no fue capaz de reducir las grandes inequidades y que debemos replantearnos el camino.
¿Qué está en el fondo? ¿Cuál es el papel de un gobierno, cuál es el de cada persona y cuál el de cada comunidad? Como personas, ¿para qué estamos aquí? ¿Para despertar, y esperar ser alimentados o recibir pensión? Los hijos de doña Luz —dos de ellos menores de edad— perdieron acceso al IMSS y ella perdió 2/3 de su ingreso de Prospera, porque dejaron la escuela. Ella les dijo que “pa' enero los quiere en la escuela, si no, ya no les va a pagar su comida”. Ellos le respondieron que ella tiene obligación de mantenerlos porque son menores de edad y que además no les gusta la escuela. Es una respuesta brutal del modelo individualista nomás.
Ninguno de nosotros nació solo ni para nomás asolearse, ser rmantenido, reproducirse en las mismas condiciones y así perpetuar la pobreza. Un médico investigador en el pueblo de Roseto, Penn llegó a la conclusión, de que es su vida en comunidad, lo que hace que las personas ahí sean sanas y nadie muera de un infarto antes de los 65, a partir de entender la cultura de la que él o ella era parte, y de quiénes eran sus amigos; de apreciar la idea de que el mundo que habitamos y las personas con las que nos rodeamos, tienen un profundo efecto en lo que somos. No somos entendibles si no es en comunidad.
Sentémonos, conversemos, aclaremos de nuevo cuál es la tarea de cada quien en su entorno, su tiempo, su comunidad. Si no, seguiremos perdidos, con y sin impuestos nuevos o disfrazados.