Roca volcánica, corazón económico de San Nicolás de Obispo
MORELIA, Mich., 24 de noviembre de 2018.- Tan antigua es la comunidad de San Nicolás Obispo, tenencia de Morelia, que para su oficio artesanal necesita un material también antiguo como la roca porosa y oscura, procedente de la lava volcánica. Con ella elabora principalmente molcajetes y metates, aunque su oferta ya se ha diversificado a otros productos también elaborados de piedra.
"Solamente dos tenencias trabajan artesanía en Morelia", explica contundente el historiador Ramón Sánchez Reyna. Una es evidentemente Capula, dice, la otra es San Nicolás Obispo. Hay una tercera, la de Atapaneo, que trabaja el curtido de piel pero lo hace de manera industrial y fue instaurada hace algunos años pero no es local, explica el historiador.
"Debe ser muy antigua", asegura en una entrevista. Se refiere a la labor artesanal de trabajar la piedra en la tenencia de San Nicolás Obispo, esto debe de traer alguna reminiscencia desde luego del trabajo de la piedra en tiempos prehispánicos", dice.
Expone que ahí tienen el beneficio de que San Nicolás se asienta en las faldas de un volcán apagado, y a su alrededor está el malpaís, que es el volcán en el cerro de Cointzio; "esto también responde al hecho de que en esa región hay aguas termales".
El tipo de piedra en esa región es de lava volcánica, muy diferente es el caso de Morelia que está asentada sobre cantera, que también es una piedra volcánica pero producto de las cenizas, que debe proceder de otro volcán, del cerro del Quinceo, y que al enfriarse volvió una piedra cantera, explica el historiador; muy diferente a la dura y porosa que se da en San Nicolás obispo de la cual se hacen los molcajetes y metates y también se usa para la construcción.
Para el historiador, lo interesante es que el pueblo de San Nicolás Obispo fue descubierto hace muy poco tiempo, "seguramente la ciudad de Morelia se vio siempre beneficiada por esa artesanía, porque siempre le hemos visto a la venta en los mercados".
Pareciera que todos los metates son iguales en este país pero no, podemos distinguir el metate michoacano, es diferente por ejemplo al de Puebla, detalla Ramón, "solamente con ver la mano del metate decimos: 'ah caray, son de distinta región', la forma y el tamaño, todo eso nos llevaría a hacer un estudio, que no conozco hasta hoy, de las variantes del metate".
Los orígenes étnicos de esta comunidad no son claros, esta población se encuentra en esta franja de los límites de la etnia tarasca y la pirinda o matlatzinca porque está muy cerca Santiago Undameo que es descendiente de la etnia pirinda, asevera Sánchez Reyna, "pero luego tenemos el pueblo que está arriba yendo hacia Capula, Tacícuaro, que es un pueblo de ascendencia tarasca, y no queda claro si San Nicolás es un asentamiento con habitantes de la etnia matlatzinca o tarasca, pero debe ser tan antiguo como las otras poblaciones de la región", manifiesta.
Dice que San Nicolás Obispo tiene una iglesia muy antigua que tiene la misma característica que la de Tacícuaro; sus torres campanarios están separadas del cuerpo de la iglesia; la de San Nicolás es de piedra y lodo, la de Tacícuaro es de adobe. La iglesia fue reconstruida en el siglo 18, en el año de 1701 o 2.
Todo indica que al principio fue una doctrina atendida por monjes, quizá por los agustinos, reflexiona el historiador; "ellos tenían el convento de Santiago Undameo y el de Tiripetío". La de San Nicolás es una iglesia bellísima, dice, "la cual conserva un artesón dorado de muy buena talla de carpintería, y de muy buena calidad, con imágenes escultóricas de primer orden, y debió venerarse en otros tiempos a la Virgen del Rosario". Explica que también tienen un Cristo de veneración local, un Cristo de madera de factura indígena.
"Al ser un pueblo tan antiguo nos hace pensar que como los pueblos en tiempos prehispánicos, estaban especializados en cierta producción artesanal. Cuando se da la reorganización ya social por las órdenes religiosas y por el obispo Vasco de Quiroga, a los pueblos se les dejó que siguieran elaborando aquellos productos que ellos sabían ejecutar, eso fue algo muy importante en la evangelización de Michoacán", relata a Quadratín Ramón Sánchez.
En el aspecto urbano a San Nicolás no se le había mencionado que era el gran productor de metates y molcajetes, asevera, "pero yo quiero pensar que sí surtieron en gran medida a toda la comarca, porque no tenemos un pueblo productor de molcajetes y metates. Este intercambio de productos artesanales se llevaba a cabo en las ferias".
Para Ramón Sánchez Reyna, hoy cobra importancia San Nicolás Obispo porque lo han tomado desde el aspecto turístico, "entonces le han dado ese valor porque ya sólo dos tenencia del municipio fabrican artesanía", reitera.
Hay que aclarar que los últimos 15 años se comienza a hacer una artesanía más industrializada, refiere el historiador. Manifiesta que eso se debe a que ahora se ayudan de herramientas eléctricas para la extracción y el corte de la piedra; ya no es netamente manual, eso lo podemos comprobar y lo podemos distinguir a vista de ojos, como se dice".
Expresa que también hoy en día ya se están haciendo una serie de objetos para cubrir necesidades de cocina o del área restaurantera, los cuales salen ya de los dos elementos clásicos que son el metate y el molcajete.
Todo parece indicar que al metate como un medio para la subsistencia alimentaria, solamente se le han colocado las patas, dice, "conozco muchos molcajetes prehispánicos que incluso son un tanto a manera de cuenco, pero conozco algunos ya que son el rectángulo, el bloque como tal pero que todavía no tienen patas. Luego hay unos que tienen unas pequeñas patas y después se desarrolla ya en el metate muy elegante, que debe ser un diseño ya colonial", resume el historiador.