Mi reto es detener la caída de Acción Nacional: Marko Cortés
MORELIA, Mich., 11 de noviembre de 2018.- Marko Cortés Mendoza rechazó ser el candidato de la continuidad del proyecto de partido que ha llevado a Acción Nacional a casi desaparecer del escenario político, pero no se quiso deslindar de Ricardo Anaya porque en su partido todos sus militantes son necesarios.
“Mi meta y mi reto es detener la caída de Acción Nacional y, en 2021, quitarle a Andrés Manuel López Obrador la mayoría en la cámara de diputados”, indicó el michoacano que aspira a dirigir al albiazul a nivel nacional.
En entre vista colectiva, cuando acudió a votar en la casilla instalada en la Plaza Morelos de la capital michoacana, precisó que la caída del pan comenzó hace 18 años ya que en el 2000 su partido obtuvo 42.5 por ciento de los votos para Vicente Fox; en el 2006 logró el 35.9 para Felipe Calderón; en 2012 cayeron a 26 por ciento con Josefina Vázquez Mota y en 2018 el descenso llegó al 22 por ciento con Ricardo Anaya.
Acalló así las voces de algunos de sus correligionarios que lo etiquetaron como el candidato de la continuidad y de los que le han exigido deslindarse de Ricardo Anaya ya que, consideró, en su partido todos son necesarios, incluidos el ex presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa y su adversario por la dirigencia nacional panista, Manuel Gómez Morín.
“Tengo claro que no es así porque logramos sumar a muchas expresiones y hay un compromiso claro de un cambio profundo y de forma, hacer cambios de raíz en el partido en donde todos quepamos, en donde todos podamos participar, en donde la dirigencia nacional no sea juez y parte; nada más alejado de la realidad, en este proyecto sí se logró un amplísimo consenso en todo el país”.
Ese cambio incluye una reforma estatutaria que se llevará a cabo en septiembre del próximo año, con motivo del 80 aniversario de ese instituto político para que la dirigencia nacional no sea juez y parte en los procesos internos, que no se hagan alianzas con otros partidos políticos que no sean avaladas por la militancia, una política de inclusión partidista para que quien gane no gané todo y quién pierda no se quede sin nada, así como la apertura del padrón de Acción Nacional y facilitar la capacitación en todo el país.
“Es un cambio en nuestra reglas internas, que la dirigencia no pueda ser juez y parte sino un árbitro en los procesos internos y buscaremos también una dirigencia de estilo distinto que recorra el país, que atienda comités estatales, comités municipales y que escuche a los militantes del partido, que hoy en muchos casos se sienten muy alejados”.
Daniel Gómez/Quadratín