La quinta sentencia/Luisa María Calderón
La quinta sentencia
Luisa María Calderón/Quadratín
El miércoles pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió una quinta sentencia respecto del derecho de una persona que se amparó contra la prohibición de sembrar y consumir mariguana con fines lúdicos.
Ya sabemos que la sentencia fue a favor de una persona, pero la quinta ya hace jurisprudencia. La prohibición fue calificada como anticonstitucional, por ir en contra específicamente del derecho al libre desarrollo de la personalidad.
Y eso merece una reflexión profunda: interpretar el derecho al libre desarrollo de la personalidad implica saber qué significa desarrollo, si es sólo crecer como quieras, o si es crecer en salud, como lo dice la OMS: salud física, emocional y psicológica. A partir de aquí, aceptar que uno puede fumarse un porro como para su desarrollo integral, es paradójico.
Lo que sigue es obligación del legislativo a trabajar en despenalizar la siembra y consumo de mariguana con fines lúdicos.
Y a partir de aquí, debemos mirar sus consecuencias en el ámbito social y de la seguridad pública.
Abrir el debate sobre la regulación de las drogas debe estar en la agenda pública y debe hacerse con seriedad. Ya ha habido intentos: en 2010, cuando Felipe Calderón era presidente de la República, junto con 3 presidentes de países de América Latina, solicitaron que la propia ONU trabajara en una reunión - a la que se llega usualmente con un tratado, con acuerdos entre los países para enfrentar y resolver un problema
común, más allá de una problemática nacional.
La reunión de ONU se trabajó con expertos y en reuniones previas entre técnicos de los cancilleres, y la esperada reunión llegó en 2015. No produjo un acuerdo, ni para regular el consumo a partir de que el consumidor sea considerado como usuario. Ningún acuerdo.
En los Países Bajos se permite comprar mariguana para consumo personal- hasta 5 gramos; hoy pretenden reducir la dosis.
En nuestro México, se pueden cargar hasta 5 gs que se supone es una dosis personal, y no está ownalizado hasta ahí.
En Uruguay se ha aprobado la producción y venta de mariguana y se vende en las farmacias, pero muy pocas farmacias quieren venderla.
En Australia, un país de amplios derechos humanos, los "antros" cierran a la una de la mañana, a la media noche tocan una campana, s para notificar que quedan 45 min para venta de alcohol y a quien ya está borracho, ya no le venden.
Lo que quiero decir es que no es un tema fácil de resolver, pero si unos buscan resolver conflictos de adición a las drogas y otros por dejar que haya adictos, deberían comenzar por ponerse de acuerdo en qué es el libre desarrollo de la personalidad.
Y luego categorizar en partes el problema: producción, procesamiento, distribución, negocios anexos, consumo y deterioro de la propia personalidad a partir de su consumo por adicción.
Creo finalmente que los derechos humanos, su reconocimiento, sirven para que podamos vivir mejor, solos y en comunidad.