Perfiles/Arnulfo Mora
LA OFERTA DE BAJAR SUELDOS
El tema por sí mismo es escabroso, complejo, por decir lo menos. Tampoco es un reclamo nuevo. Pero el partido Morena lo hizo suyo en la campaña electoral pasada y cobró fuerza a nivel nacional y por supuesto se arraigó en los Estados, pero con mayor fuerza en los municipios que a los militantes les queda más a la mano para ver y exigir que se cumpla la promesa.
El dilema está ahora para los que lo ofrecieron y ganaron. No es fácil que lo cumplan ya estando en el poder, pero no solo por haber llegado al poder. No es fácil porque los sueldos emanan de acuerdos de cada uno de los cabildos en cada uno de los municipios. Y en el caso de este municipio, el acuerdo que dio origen al sueldo del cabildo y funcionarios viene de mucho tiempo atrás. Pero eso poco importa para el caso. Bastaría con revocarlo y acordar una disminución a los ingresos individuales. Lo cierto es que esa y casi todas las ofertas de campaña son “trampas” para agenciarse votos y ganar un proceso electoral.
Ya en el poder el análisis no es para cumplir, sino buscar como “maquillar” respuestas que calmen los ánimos de quienes les creyeron y hoy les demandan que cumplan.
En lo particular, yo aprecio que para la mayoría de los ciudadanos no es este el reclamo principal a un gobierno. Lo que la sociedad demanda, exige y espera de este y de todos los gobiernos es que resuelva los problemas que más recienten en lo cotidiano.
Tales como seguridad pública y los servicios básicos que le competen a la administración municipal. En esto debe estribar el cambio que ofreció este nuevo gobierno. La sociedad reclama una autoridad sensible, de acercamiento y atención casi personalizada y por supuesto que no mal gaste o se embolse a hurtadillas los recursos.
Los ciudadanos esperan “que ahora sí” se les tome en cuenta porque aceptaron la oferta de que en este gobierno el que manda es el pueblo y la autoridad es la que debe obedecer.
Pero algo más sobre bajarse sueldos el cabildo. No tendría efecto alguno si el monto a la baja se queda en las finanzas municipales. Simplemente ahí no habrá nunca millones que alcancen.
Tendría efecto y resultados tangibles si el órgano de gobierno destina el porcentaje a propósitos concretos. Esto sí es posible y no sería tener menos sueldos, sino que de los sueldos, se destina un monto a realizar proyectos que a los ciudadanos les conste, que la sociedad pueda aprovechar. Un ejemplo sería construir un Jardín de Niños en una colonia, un parque, una biblioteca, espacios deportivos, o algo así.
Se trataría de que esa reducción de sueldos se pueda medir no solo en pesos, sino en beneficios concretos para los ciudadanos. Si en la circunstancia actual los regidores acuerdan reducirse un cinco, un diez o el porcentaje que sea, y que ese monto se quede al gasto corriente de la administración, no se va a notar y no se podría conocer el destino del descuento aplicado.
Para colmo, no dejaría satisfecho a nadie de los que hoy exigen les cumplan quienes ofrecieron ganar menos. Yo insisto en que las ofertas de campaña son atractivas trampas porque de lo que se trata es ganar y una vez ganando, el poder vuelve a ser impenetrable para el ciudadano común como siempre lo ha sido.
Ya lo vemos en los congresos de los Estados, ya lo vemos en el nivel federal y ya vemos los cambios de ruta en el gobierno federal que aún no inicia en lo formal, pero en los hechos ya está actuando, y en muchos casos en reversa.
AFUERA BIEN, ADENTRO MAL
Aprecio que la administración de Itzé Camacho avanza poco a poco en cumplir con los servicios que debe prestar a los ciudadanos. Aprecio también que sigue bien posicionada en el ánimo de quienes la eligieron. Sin embargo, es con su equipo y al interior de este donde tiene mayor problema de acoplamiento.
En parte por la falta de experiencia en unos, sobre todo en la propia alcaldesa. Pero ese punto débil es aprovechado por otros y parece que a propósito la hacen quedar mal.
Itzé no debe confiarse en que esté zanjado ya el caso del convenio firmado por el síndico inspirado y pactado por el diputado federal actual con el finado Pedro Bautista y su hijo, este a la vez suplente de Miguel Ángel Peraldí.
Ambos hicieron como que respondieron a la crisis que les causó ese inesperado evento. Creo que se hundieron más o por lo menos, no supieron responder a la eventualidad, insisto, aún no superada ante la opinión pública.
Sí creo que Itzé Camacho es la menos culpable de este embrollo, pero no deja de ser la principal responsable de lo que suceda al interior de su administración. De eso se aprovechó el síndico que dolosamente en la campaña negoció su salida, y cuyas causas o intereses aún debe explicar cumpla o no lo convenido, porque arreglos como ese no se pueden hacer efectivos por la buena fe de quienes participan, pero el trasfondo debe de salir y desmanchar la fuerza y figura política de la alcaldesa. Y que nadie de los que ganaron el proceso se desentiendan, todos fueron parte del mismo pastel que fue dulce al ganar, pero que les está amargando el más próximo a cubrir un desagradable interinato.
MITTAL Y LOS EJIDATARIOS
Me parece justo lo que reclaman los ejidatarios de Playa Azul por el uso de sus tierras más allá de los pagos recibidos por arrendamiento. Sin embargo, creo que la justicia se debe buscar en el diálogo y en los tribunales porque el plantón que ya cumplirá un mes, terminará en desgaste y debilidad en su organización.
Por cuanto a la presión sobre la empresa, es relativamente poca y puede que no pasen muchos días en que esté resuelto el abasto de mineral que requiere para su operación. La vida da vueltas, y esta vez la suerte puede estar para núcleos campesinos aledaños. HASTA LA VISTA