Hasta el 5% de la población sana puede tener un bebé con malformaciones
MORELIA, Mich., 27 de septiembre de 2018.- Se estima que entre el 3 y el 5 por ciento de la población en edad reproductiva y completamente sana, puede tener un bebé con algún tipo de malformación congénita.
Estos defectos morfológicos o estructurales en el feto pueden ser potenciales o menores, señaló la doctora Norma Angélica Aguayo Chávez, ginecobstetra del Hospital de la Mujer.
“Hay años donde vemos alteraciones de corazón, como Pentalogía de Cantrell que es una patología muy llamativa y letal donde los bebés tienen su corazón de fuera. De pronto hay años que tenemos tres o cuatro de estos casos y otros en los que no se presenta ninguno”, explicó la especialista en Medicina Materno Fetal.
Existen otros casos que pueden presentarse en este centro hospitalario de forma variable como la polidactilia (dedos de más), sirenomelia (piernas fusionadas), defectos faciales, el síndrome de bandas amnióticas que resultan en amputaciones naturales o displasias musculoesqueléticas.
“De pronto hay años que tenemos cuatro o cinco casos de acondroplasias o enanismo y hay años en los que no vemos absolutamente ninguno. (…) Digamos que aquí (en Michoacán) hay otra gama que serían las cromosómicas o las enfermedades genéticas como los síndromes de Down o de Turner”, agregó.
Entre las alteraciones estructurales del feto que más atienden en el Hospital de la Mujer se encuentran los defectos de la pared abdominal, es decir, que no cerró completamente y eso puede permitir la salida de los intestinos, el estómago o los ovarios. De este tipo se atienen en promedio de dos a tres casos al mes.
También están los defectos del tubo neural (columna vertebral) que pueden ir desde el cráneo hasta el coxis. Esta tasa es variable, y puede presentarse de uno a dos bebés por bimestre.
De acuerdo con la doctora, en muy pocas situaciones es posible conocer la causa que las originan, aunque se sabe que pueden intervenir factores como la edad de los papás, los extremos de la vida reproductiva (menores de 19 años y mayores de 35), el consumo de drogas, y la exposición a tóxicos, pesticidas y rayos X.
Sin embargo, destacó que en el caso de los bebés con defecto de pared abdominal tienen un buen pronóstico de vida y una menor estancia intrahospitalaria, ya que durante la cesárea se practica la reducción abdominal.
Existen también otras malformaciones como el labio paladar hendido o albinismo que pueden tener factores hereditarios, y que no van acompañados de otros síndromes genéticos ni ponen en riesgo la función o la vida.
Por todo lo anterior, la doctora Norma Angélica Aguayo Chávez aconseja a las parejas que desean procrear por primera vez, que acudan con seis meses de anticipación a una consulta preconcepcional, ya que esto permitirá conocer el estado de salud de los padres e iniciar una terapia.
“Para establecer la terapia de ácido fólico preconcepcional. Los mexicanos tenemos un gen mutado que es lo que predispone los defectos de tubo neural, pues que haya esa oportunidad de suplementar con ácido fólico y disminuir ese riesgo”, explicó.
La especialista también recomienda que en cuanto una mujer conozca que está embazada, acuda inmediatamente a su ginecólogo y continuar con la atención médica, así como practicarse los ultrasonidos con personal calificado, ya que se trata de una enorme responsabilidad.
“Hacerte tu estudio morfológico 11-14 para detectar cardiopatías o que el bebé no tenga defectos a nivel de columna, pared abdominal y descartar los signos de sospecha de síndrome de Down”, añadió.